Laila Kale

Acabamos de adentrarnos en la estación del año que nos hace mayor ilusión. Atrás queda el frío invierno, los días se van alargando, la temperatura cada vez es más agradable, los paisajes cambian su aridez  por una explosión de colores y además, ¡ACHIS! Las alergias.

Era todo demasiado bonito para ser tan perfecto, pero con la llegada de la primavera, las alergias se convierten en la patología que más padece la población. Una afección que aumenta cada año de manera alarmante en todo el mundo, calculándose que el 40% de las personas están afectadas.

Pero no todo son malas noticias queridos lectores. Este desequilibrio se puede mejorar y paliar con una alimentación adecuada, pero para ello se debe comprender primero su origen

¿Qué es la alergia?

La alergia es una respuesta exagerada del sistema inmunitario a sustancias que nuestro organismo considera que son extrañas y a pesar de que no son dañinas, las defensas actúan contra ellas.  Esta respuesta no la sufren todas las personas, únicamente las que tienen un sistema de defensa hipersensible, que detecta sustancias peligrosas cuando en realidad no lo son.

En el momento en que el organismo de este tipo de personas detecta la supuesta agresión, su cuerpo libera histamina, una hormona que tiene diversas funciones y una de ellas es ser la responsable de los síntomas de las alergias: inflamación, mucosidad, estornudos y picores.

Diferentes tipos de alergias

No todas las alergias son iguales, la principal diferencia reside en el origen de su causa.  Las alergias estacionales, como la de la primavera, se produce debido a los distintos tipos de polen que hay suspendidos en el ambiente. Éste al ser inhalado por esas personas con un sistema inmune hipersensible a él, sufren la reacción. Pero hay de otros tipos y causas.

Las alimentarias por ejemplo, se desencadenan por la ingesta de algún alimento concreto, entre los que más destacan por su inmediata y agresiva respuesta encontramos: el marisco, los frutos secos, o el sésamo. También hay personas que sufren reacciones alérgicas ante ciertos tipos de medicamentos, a las picaduras de insectos u otros animales, como las medusas, e inclusive al contacto con ciertos animales, como perros o gatos.

No hay que confundir las alergias con las intolerancias. Estas últimas se manifiestan de una forma mucho más leve, provocando malestar, pero sin implicar un proceso de liberación de histamina.

¿Cómo se manifiestan?

Las alergias se manifiestan de diferentes formas, que pueden aparecer simultáneamente implicando a distintos órganos (piel, vías respiratorias, tracto digestivo, mucosas, etc.) y conformando un cuadro de síntomas generalizado, de forma más o menos inmediata tras la exposición a un componente alérgeno.

Las reacciones en muchas ocasiones son más o menos leves, incluso únicamente molestas, como un sarpullido, pero otras pueden ser mucho más intensas, llegando a convertirse en una urgencia médica debido a su gravedad.

Las manifestaciones más peligrosas son el Edema de Glotis, que es la obstrucción del orificio superior de la laringe por donde entra el aire, impidiéndole la entrada, o lo que es lo mismo, impidiendo la respiración y si esta crisis no se revierte a tiempo puede llevar a un Shock Anafiláctico, que es un fallo sistémico generalizado, provocando la muerte en cuestión de minutos.

Ayudar a nuestro organismo mediante la alimentación

Centrándonos en la época que estamos, podemos ayudar a nuestro cuerpo a pasar esta estación de una forma mucho más llevadera y estable, si padecemos de alergias primaverales.

Una de las mejores terapias preventivas es mejorar las defensas de nuestro organismo ¿Pero cómo? Sencillo, mejorando nuestra alimentación.

Por un lado, evitando alimentos que debilitan nuestro sistema inmune. Reducir el consumo de lácteos y derivados, ya que la caseína de la leche provoca un aumento de nuestra mucosidad, seamos o no alérgicos. Evitar el consumo de comida precocinada y los procesados, que contienen en exceso, conservantes y aditivos y su calidad nutricional es muy deficiente en comparación a los alimentos frescos y prescindir al máximo de los productos refinados como el azúcar o las harinas, estaremos dando un gran paso hacia nuestro bienestar.

Por otro lado, incrementaremos los alimentos que van colaborar a fortalecer el sistema inmunológico de nuestro organismo. Comer más semillas y frutos secos por ser: ricos en zinc, manganeso y cobre, fundamentales mejorará nuestro sistema inmune. Aumentar el consumo de cereales integrales, ya que también son ricos en zinc, así como de legumbres, que además de poseer este mineral, son ricas en Hierro y Vitaminas del grupo B. Son muy indicadas también las verduras de hoja verde, ya que son ricas en Vitamina C y antioxidantes, así como las hortalizas de color naranja, por serlo en betacarotenos.

Las setas, son otras potentes aliadas, especialmente la Shiitake, que puedes añadir a muchas de las comidas: sopas, salteados, como guarnición o con la pasta. Y por supuesto, los fermentados de calidad. Ya que hemos de reducir el consumo de lácteos, deberemos aportarle a nuestro organismo otras fuentes de probióticos, como el Miso o el Chucrut. Los probióticos son microorganismos vivos, cuya acción más destacada es que, tomados en cantidad suficiente y de forma regular, contribuyen a regenerar y mantener el equilibrio de la flora intestinal, fundamental en el sistema inmunitario y que influye también en el sistema nervioso.

Consumir más alimentos ecológicos, por estar más libres de pesticidas y nitratos, son otras acciones que se sumarán a la batalla contra las alergias.

Pero además de todo ello, también ayudaremos enormemente a nuestro organismo si evitamos los alimentos ricos en histamina y por el contario, aumentamos el consumo de alimentos con propiedades antihistamínicas naturales.

Alimentos ricos en histamina

Si eres alérgico en esta época intenta evitar o reducir el consumo de alcohol y, no abuses tampoco de alimentos ahumados como embutidos o el salmón. El Chocolate, más concretamente cacao o las nueces, también deberás tenerlos en el punto de mira una temporada, ya que son potentes liberadores de histamina. Evita frutas como: la piña, la papaya y las fresas. Y por último, de nuevo apuntando a los procesados y ultraprocesados, porque además de su baja y mala calidad de nutrientes, los aditivos que contienen son liberadores de histamina.

Alimentos antihistamínicos naturales

El Té verde debido a su significativo aporte de quercetina y catequinas, dos sustancias con una potente acción antioxidante, disminuye de forma natural la liberación de histamina, considerándose como uno de los mejores antihistamínicos naturales, además de otras propiedades igual de beneficiosas para el organismo.

La infusión de ortiga es otro de los remedios naturales para controlar de una forma muy rápida los síntomas de las alergias estacionales. Esto es debido a que tiene la propiedad de disminuir la presencia de alérgenos en las vías respiratorias y calma la congestión. Un remedio completamente natural infalible. La cosa va de infusiones. También el Té de Rooibos es una bebida antihistamínica que frena la congestión, así como la sensación de ardor o el picor de garganta.

Adereza tus ensaladas o platos vegetales con un poco de vinagre de manzana. Este ingrediente culinario tan sencillo y tan barato que encontrarás en cualquier supermercado, tiene sustancias antiinflamatorias y antihistamínicas, que combaten eficazmente las molestias relacionas con las alergias estacionales, mejorando la irritación de las vías respiratorias.

Ayudando a tu cuerpo con estos sencillos consejos, ya no te hará falta tomar tantos antihistamínicos en formato fármaco, o inclusive suprimirlos, evitando así sus principales efectos secundarios, como son: el estreñimiento, el cansancio, la retención de líquidos, el aumento de apetito o la somnolencia, porque naturalmente, podemos hacer siempre mucho por nuestra salud.