Por Raquel Castillo

Decía Carlos Gardel en uno de sus más famosos tangos, Volver, que “veinte años no es nada….” Y es cierto, el tiempo pasa inexorablemente rápido y parece que esa terrible velocidad que nos imprime la vida diaria arrastra las cosas con inescrutable celeridad.

Pero es sólo una percepción. Porque hay una historia detrás. Las cosas, los hechos, las personas, dejan huella, permanecen. A veces contra viento y marea. Que se lo pregunten a Martín Márquez –valdepeñero de nacimiento, pero madrileño de adopción- artífice del grupo La Cazuela, un proyecto periodístico absolutamente personal, hecho a su imagen y semejanza.

Martín –la amistad que nos une me permite llamarle familiarmente con el nombre de pila- arrancaba en octubre de hace 23 años con la revista que hoy hace el número 100 que ustedes tienen en las manos. Una revista trimestral que desde entonces no ha dejado de salir, fiel a su cita con los lectores. Entonces, en 1996, la situación de la gastronomía en los medios era bien diferente de la actual: apenas existían dos o tres revistas especializadas, los cocineros no aparecían en la tele (con la excepción de Carlos Arguiñano, que empezaba con sus programas en 1992 y que, por descontado, no era ni la cuarta parte de famoso que lo es ahora) y la vanguardista cocina española, con Ferrán Adriá a la cabeza, estaba arrancando tímidamente. No existía Top Chef, Master Chef ni Vente a cenar conmigo. Ni la cocina ni la gastronomía estaban de moda ni la información gastronómica copaban las páginas de los periódicos serios ni las revistas de estilo de vida.

Martín Márquez había sido cocinero antes que fraile, literalmente, porque ésa es su profesión, aunque muchos no lo sepan (bueno, a los que hemos tenido la oportunidad de probar su riquísimas tortillas de patatas, entre otras cosas, no nos cabe la menor duda). La vida da muchas vueltas y hete aquí que surgió la oportunidad de emprender una aventura empresarial con algunos miembros de su familia que le llevó al mundo editorial de manos de la gastronomía. Esa primera revista se llamaba Gustas?, publicación de la que fui redactora jefe durante algunos meses. Tras una trayectoria de varios años los entonces gestores –entre ellos Martín que llevaba la dirección comercial-, decidieron separar sus caminos. La situación no era fácil, pues la empresa arrastraba problemas económicos que el valdepeñero soslayó con mucho esfuerzo y un nuevo proyecto en la cabeza. Ese proyecto era Dulcemadrid, una nueva publicación trimestral dedicada al mundo del dulce, surgida, decíamos en 1996. En el editorial de ese primer número, se señalaba que la revista nacía con el propósito de “innovar en el campo de las publicaciones especializadas dedicadas a los temas gastronómicos, en un sector, el dulce, y un lugar, Madrid. Una publicación informativa en la que queda espacio para la reflexión, el análisis, la opinión y el comentario”. Ese primer número aparecía en el staff Martín Márquez como editor, y Paqui Peña –la actual reportera de Telemadrid, periodista con una larga carrera en diferentes televisiones- como redactora jefe. En las páginas figuraba una entrevista a Álvarez del Manzano, entonces Alcalde de Madrid (declaraba su afición por los buñuelos, los bartolillos o los roscones de Reyes), Lorenzo Sanz (presidente del Real Madrid club de fútbol), un reportaje sobre la centenaria pastelería del Pozo, la historia del azúcar y del roscón de reyes, o se veía una foto de mítico ciclista Miguel Induraín ojeando Dulcemadrid.

La puesta de largo de la nueva publicación se hizo en un fiestón en la sala La Riviera que concitó a más de 1.500 personas alrededor de un buffet de más de 30 metros que representaba a toda la repostería de Madrid. Y es que Martín siempre ha sido generoso con sus invitados, de lo que dan fe las XVIII galas de Premios La Cazuela celebradas hasta el momento.

Pero volvamos atrás. Al mismo tiempo que se ponía en marcha la revista lo hacía también el programa de radio La Cazuela, que se emitía en Radio España todos los días de lunes a viernes –y enseguida se amplió a los domingos- para hablar de cocina, de restaurantes, de productos, de vinos, de todo lo que tenía que ver con la gastronomía. Al albur del programa de radio Martín se dio cuenta de que la revista debía ampliar horizontes y contenidos, y aprovechar las sinergias con el mundo de las ondas. Por eso, en junio de 1997 la revista cambia de nombre y empieza a llamarse La Cazuela-Dulcemadrid. Con el tiempo perdería el apellido y se convertiría exclusivamente en La Cazuela, amparada por ese logo de la marmita que todos sus seguidores conocen.

Este mes se cumplen 100 números desde que empezara con más ilusión y voluntad que otra cosa. Porque son las personas las que escriben la historia y también éste ha sido el caso. Cierto que a lo largo de más de dos décadas se han sucedido los periodistas, comerciales o maquetadores que han pasado por aquí –con la única excepción del fotógrafo, Félix Soriano, que continúa desde el principio, fiel a la causa y su amistad con el fundador- pero Martín ha seguido al pie del cañón.

Veintitrés años negro sobre blanco dan para mucho. Cientos y cientos de páginas con entrevistas a los mejores cocineros de España (desde Ferrán Adriá a Martín Berasategui, Rodrigo de la Calle, Santi Santamaría, David Muñoz, Juanmari Arzak, Pepe Rodríguez Rey y un larguísimo etcétera), relatando los mejores productos y vinos, los restaurantes que había que conocer en cada momento (vanguardistas, de autor, modernos, tradicionales, casas de siempre), las tiendas y proveedores hosteleros más importantes, las tendencias gastronómicas, reportajes de actualidad sobre todo lo que la gastronomía abarca, que es mucho. Sin descuidar la salud, la nutrición y sin olvidar que un medio tiene que informar, formar y entretener. Por eso por las páginas de La Cazuela han pasado también personajes del mundo del cine y la televisión, actores, cantantes, deportistas, celebrities que han ido desgranando sus gustos culinarios, revelando curiosidades que hasta ese momento nunca habían contado.

Paralelamente el Grupo La Cazuela ha ido creciendo. Con la radio, por supuesto, pero con otros proyectos. El programa de radio ha cumplido ya 9.426 ediciones, que se retomarán tras la pausa vacacional a primeros de septiembre. Radio España, la Inter, Cope Madrid, Es Radio, Libertad FM y ahora, Radio Tentación son las emisoras por la que se han difundido los contenidos gastronómicos de La Cazuela, los mismos de la revista, pero con el formato ágil e inmediato que supone la radio. Todos los días y en directo, con el contacto directo y la participación del público, los miles de oyentes atentos a las novedades y larga lista de protagonistas que han ido pasando por los micrófonos del programa en las más de dos décadas de vida. Desde el estudio de radio o allí donde estuviera la noticia, en restaurantes, congresos, certámenes de turismo, ferias o acontecimientos culinarios de toda índole.

Además a este conglomerado periodístico hay que añadir una publicación como es la Guía de restaurantes y proveedores de hostelería, que lleva muchos años editándose y cuya culminación ha sido la celebración de XVIII Premios La Cazuela, acontecimiento social en el ámbito de la hostelería. En ellos no sólo se presenta cada año una nueva edición de la guía, sino que la entrega de premios a figuras destacadas del sector, en una gala benéfica cuyo último fin es recaudar fondos para la ONG Aldeas Infantiles. Restaurantes, hoteles, empresas, bodegas, pastelerías, periodistas y medios de comunicación han sido reconocidos a lo largo de los años, un galardón profesional que también recae en jefes de cocina, directores de sala, personajes populares y homenajes a instituciones. Un listado en el que caben –sólo por citar a los más conocidos del gran público- Jaime Peñafiel, Esperanza Aguirre, Pepa Bueno,  José Bono, Alberto Ruiz Gallardón, Juanito Navarro, Florinda Chico, Isabel Gemio, José Mª García, El Atlético de Madrid, Ana Obregón, el Padre Ángel, Rocío Jurado, Concha Velasco o Sara Montiel, entre otros muchos.

Pero los premios han pasado, año a año, lo más granado del mundillo gastronómico, desde chefs a empresas relevantes del sector, convirtiendo la gala en todo un acontecimiento social.

A punto de cumplir su primer cuarto de siglo, el grupo La Cazuela, con Martín Márquez al frente continúa fiel a su idiosincrasia, sus objetivos, sus oyentes y lectores. Adaptándose a las circunstancias, a los nuevos retos empresariales y periodísticos. Ojalá lo siga haciendo muchos años.