Gabriela Atencio Jerez  

Las antiguas y grandes civilizaciones consideraban a los frutos secos como parte indispensable de su alimentación, no solo por su aporte vitamínico, sino por el uso estético que podían darle, como aceites, jabones, y un largo etcétera. Sin embargo, en este artículo nos centraremos en la importancia de ellos en la mesa navideña, pues estas festividades sin turrones o mazapán, no existen, y su base involucra estos pequeños alimentos que, si bien carecen de un poco de agua les sobran beneficios.

Hoy en día forman parte del régimen alimenticio saludable de cualquier persona, y en Navidad su multitud de usos y beneficios es la excusa perfecta para degustarlos, incluso, para quien los descarta todo el año.

A pesar de su elevada carga calórica, poseen minerales como el Omega 3, antioxidantes importantes como la vitamina E y el selenio, fibra, proteínas vegetales y grasas buenas para el corazón.

Para la época navideña se puede aprovechar la gran variedad de estos frutos que se venden a granel en cualquier supermercado o tienda alimenticia, todo dependerá de qué resultado estemos buscando, si se trata de platos dulces (tartas, bizcochos, cremas, parte de la decoración, entre otros) o salados (como parte del relleno de un pavo o pollo, salsas, etcétera).

En cuanto a su presentación deberán usarse según la ocasión, al natural, para aprovechar su máximo potencial, cubiertos de caramelo o chocolate para postres y decoración, o saladas para las horas de picoteo.

Podemos dividirlos en dos grandes categorías,  los frutos secos de cáscara dura (nueces en todas sus variedades, cacahuetes, almendras, anacardos, avellanas, pistachos, semillas de girasol y semillas de calabaza). Estos se caracterizan por ser parte de árboles o arbustos de mediano tamaño y por tener una película protectora. Y los frutos secos de cubierta blanda, aquí encontramos las uvas pasas, ciruelas pasas, higos y dátiles. Estos, si bien poseen un nivel considerable de azúcar, también tienen menos grasas.

ALMENDRAS (Prunus dulcis)

Poseen un elevado nivel de grasas, pero a su vez son ricas en Omega 3. El postre por excelencia, partiendo de almendra con azúcar o miel y agua de azahar, es el mazapán, de cuya base se elaboran los turrones de diversos tipos. Se puede conseguir extraer el sabor de las almendras picándolas y mezclándolas con agua o leche y así obtener la bebida de almendra.

AVELLANAS (Corylus avellana)

Son ricas en proteínas, fibra, fósforo, calcio, sodio, magnesio, zinc, hierro y sobre todo en vitamina E. Son muy calóricas y aunque contienen grasas saludables, comer mucho de este fruto es poco recomendable en personas que tengan sobrepeso y tensión alta. Son muy usadas en pastelería y repostería o como ingrediente de helados, sorbetes y licores.

ANACARDOS (Anacardium occidentale)

Ricos en grasas monoinsaturadas, como la de la gran mayoría de frutos secos, combate el colesterol malo (LDL), ayuda en situaciones de arteriosclerosis, y son ricos en potasio y ácido nicotínico.

Son de sabor suave, de carne muy aromática, de textura grasa y muy sutil al paladar. Se comen salados o fritos. Son energéticos, puesto que contienen hasta un 50% en aceite vegetal. Son ricos en potasio y vitaminas A y C y son ligeramente astringentes.

CACAHUETES (Harachis hipogaea)

Son ricos en grasas, proteínas y vitaminas. Entre los minerales resalta el zinc que ayuda al equilibrio hormonal. Es el más nutritivo de los frutos secos si se come crudo, aunque son ligeramente amargos y no demasiado apetecibles. Ricos en calcio, refuerzan la formación de plaquetas y son aptos para diabéticos

PASAS (Vitis vinifera)

Se llaman así a los granos de uva secados al sol, un tipo de fruta desecada. Son muy dulces y entre las más famosas están las de Málaga, elaboradas de la uva moscatel. Éstas contienen pepitas, mientras que las de Corinto, de origen griego y turco, muy pequeñas, son de color oscuro muy dulces y con pocas pepitas. Las de Esmirna o sultanas son de color claro, no contienen pepitas y son de tamaño mediano. Actualmente también cuentan, y mucho, las de California, sin pepitas y de color dorado.